Esta es mi primera salida -breve- de la 2ª fase de la desescalada del estado de alarma en Asturias. Sin todavía una norma clara para salir de montaña, procuro cumplir la regla: ámbito provincial (no sólo en el concejo), para montañeros federados, y respetando los horarios reservados para mayores. Unos días después ya se aclaró algo más la norma y cualquier montañero y senderista en Asturias, federado o no, puede ir a cualquier ruta dentro de la provincia. Los horarios reservados a mayores son sólo para los ámbitos urbanos.
Y así elijo una ruta corta, que saliendo del pueblo lenense de Carabanzo lleva al Pico Ranero (1086 m); es un recorrido todo por pistas, quiero minimizar riesgos porque ya tengo una cierta edad, no salgo de montaña desde el 22 de febrero y esta vez voy sólo, por la tarde después de salir del trabajo y con un día de mucho calor para lo que estamos acostumbrados en Asturias.
Desde la iglesia de Carabanzo, un poco más arriba del palacio de los Faes de Miranda, comienza la subida entre las casas de la parte alta del pueblo.
Carabanzo |
La subida va por la ladera que mira al Oeste, y se va viendo la vertiente de la sierra del Aramo que da para Riosa y Lena.
Un primer cruce, junto al depósito de agua del pueblo, y sigo la señalización del PR-100.1 Vía Carisa.
Por suerte esta primera parte de la ruta va en sombra, porque ya al llegar al pueblo el termómetro marcaba 26ºC y parece que sigue subiendo la temperatura aunque apenas son las 14:30.
Un poco antes de la señal hay un hundimiento del terreno de esos que impresionan; tal parece un gran deslizamiento de tierras que se va a llevar por delante una parte grande de la ladera con árboles y todo.
Ladera del pico Sopena |
Una confluencia de caminos: uno sube de Boo de Aller, otro es el que traigo desde Carabanzo y los dos continúan en dirección a León, por la traza de la Vía Carisa romana.
Sierra del Aramo hacia el Noroeste, acabando en La Mostayal |
El camino se asoma ahora a la vertiente del valle de Aller, que poco a poco a medida que voy subiendo se mostrará más; desde aquí ya se ven sus montes desde Peña Mea al Torres, allá por el puerto de San Isidro.
Peña Mea, El Cuchu, La Forcada, el Retriñón ... |
Por la pista de la derecha, siempre subiendo, varios zig zag hacen ganar altura sobre prados y cabañas de la vertiente del pueblo de Boo de Aller.
Por aquí, en las revueltas de la pista y sin sombra alguna, el calor del día y el esfuerzo de la subida van haciendo mella y las pulsaciones se disparan; se nota la falta de entrenamiento de estas semanas de confinamiento.
Vistas al valle de Aller, a las curvas trazadas por el río, a las poblaciones de este hasta hace poco valle minero y a las montañas que lo cierran.
Un grupo de cabras en las peñas de la cresta venteándose |
Y en este mirador panorámico al valle me detengo unos minutos, recordando los montes del entorno y todos los recorridos que ya llevamos hechos por estos altos.
Poco más adelante se deja ya la pista que continúa en dirección a la Majada Espines y la sierra de Carracedo para subir al Ranero coronado por una antena de grandes dimensiones.
La entrada al Prau La Vieya, que tiene la portilla abierta, cosa que me extraña porque hay vacas paciendo dentro; lo atravieso para salir por la portilla de arriba,justo bajo las peñas del pico Ranero que ya está ahí.
Preciosa la vista de la collada que se asoma de nuevo a Lena |
Y después de rodear la cumbre hasta la antena subo al alto, donde hay este vértice geodésico ...
... busco el buzón de cumbres, donde encuentro esta nota sin dirección a donde devolverla ...
... y dejo allí mi tarjeta de cumbres, en un veterano buzón que en su día hizo Paco Gómez Mármol, fundador de ese modesto pero ya longevo grupo de montaña MIES de Oviedo.
Y cómo no, una cumbre modesta pero con unas vista al entorno magníficas: el valle de Aller y las montañas de Peña Mea al Torres ...
... la sierra de Carrocéo, que si se sigue nos lleva a la Cordillera, por un trazado bimilenario de la época en la que a los romanos les costó años doblegar a los astures hasta que Publio Carisio lo consiguió, después de 10 años de guerras con cántabros y astures, del año 29 al 19 a.C. y cuyo nombre da lugar a la Vía Carisa que recorre estos altos.
Si miramos al Suroeste damos vista a toda Ubiña, desde su extremo más oriental por La Tesa y La Mesa, al núcleo central de Ubiña y Fontanes y al extremo Norte, con Peña Rueda y la zona de los Huertos del Diablo.
Un poco más de detalle, con las gemelas Tapinón y Siegalavá; en el centro Ubiña y Fontanes y a la derecha Peña Rueda.
Abajo Pola de Lena y sobre ella el Aramo, con la cúpula del Gamoniteiro en medio.
La fea, aunque necesaria y útil antena, no nos impide disfrutar de la vista hacia La Gamonal, crestas de Los Altares y la Mostayal; además en el extremo vemos el Monsacro con las paredes que caen hacia Riosa.
Y hacia el Norte el valle del río Caudal, con la poblaciones de Ujo, Figaredo y Mieres al fondo.
Completando el giro los montes de Mieres con el pico Polio; delante la sierra del Cordal de Longalendo y a lo lejos el perfil de la sierra de Peña Mayor.
De nuevo por la bucólica collada del Prau la Vieya |
Vistas al concejo de Aller |
Praderías y cabañas de Boo |
De nuevo vista a la vertiente del Aramo |
Digital purpúrea |
Y por fin bajo la sombra refrescante de los árboles me voy acercando a Carabanzo, en un recorrido exprés que me sirvió para gozar de una cumbre a la que había subido hace ya muchos años y de gratos recuerdos.
Y con el mapa de la situación entre los valles de Aller y Lena del recorrido de hoy acaba la ruta, y como siempre
¡ un saludo, amigos!
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