sábado, 30 de mayo de 2020

Río Color (Sevares - Piloña)


     Hoy es otro día de calor en el que alcanzaremos los 26ºC y más, y pensamos que un recorrido por el valle del río Color al que ya teníamos echado el ojo estaría bien.


     Desde Sevares (Piloña) , por la carretera que va a Ponga, un desvío nos sube a la collada donde se asienta el pueblín de La Matosa, a caballo entre valle del río Tendi y el valle del río Color.



     Una buena pista nos lleva hacia el fondo del valle, con la sierra de Pesquerín cerrando la ladera Oeste del valle.


Al Norte la Peña Priede ó Los Toyos



     Hay un tramo largo en que la pista va alta sobre el río y la vegetación no deja verlo, sólo el sonido del agua llega hasta nosotros.



     A medida que el camino se acerca al cauce, después de una estrecha foz, ya se ven las pozas y la corriente saltarina del agua.



     Se llega a una apertura del valle; hacia lo alto, después de las praderías, un camino nos permitiría hacer una ruta circular subiendo al pueblo de La Canal para volver a La Matosa. Pero preferimos seguir por la sombra y el valle siguiendo el río.


Una solitaria cabaña con un gran prado cercado a la vera de la pista








      Se acaba la pista y un puente cruza junto a un prado y cabaña; nos refrescamos a la sombra en el río y seguimos por la orilla.




     Se puede vadear o cruzar por este puente; aquí el río Color viene de una estrecha garganta donde no hay paso, pero el camino comienza a subir por la vaguada de la derecha ganando altura rápidamente.




     Y se sale a un alto con praderías inclinadas y alguna cabaña; la traza del camino se disemina más y quedan dos opciones: bajar al cauce del río -por donde oímos a algún ganadero juntando las vacas- o subir por la loma -es la vertiente del Cerro Niaño- en un sendero que se difumina entre las árgomas y al calor del sol de mediodía.


     Así que decidimos volver a la sombra del bosque y bajar de nuevo al río para tomarnos ahí el descanso.






     Y después de descansar y comer a la orilla, y de hablar con las únicas personas que nos cruzamos, un ganadero de las vacas que veíamos arriba y dos ganaderos que bajaban de atender sus cabras, volvemos sobre nuestros pasos.




     Son momentos de disfrutar de los detalles que a veces nos pasan desapercibidos cuando tenemos la vista puesta en las cumbres de las montañas.


Ojos misteriosos que nos observan desde el talud.


Un esculibierzu -en castellano lución o culebra de cristal- en realidad un lagarto sin patas.


     Y así volvemos de nuevo a La Matosa, donde después de darle un vistazo a pueblo y  a sus panorámicas hacia el río Tendi y la Collada Moandi damos por acabada la ruta de hoy.



Plantas de capuchina, un tanto secas al sol, pero muy útil en las huertas

Valle del río Tendi


     Y con esta vista de lo intrincado de estos profundos valles a los pies del pico Vízcares y el vídeo resumen de la actividad sólo os queda daros
¡ un saludo, amigos !


miércoles, 27 de mayo de 2020

Pico Ranero (1086 m) Lena


     Esta es mi primera salida -breve- de la 2ª fase de la desescalada del estado de alarma en Asturias. Sin todavía una norma clara para salir de montaña, procuro cumplir la regla: ámbito provincial (no sólo en el concejo), para montañeros federados, y respetando los horarios reservados para mayores. Unos días después ya se aclaró algo más la norma y cualquier montañero y senderista en Asturias, federado o no, puede ir a cualquier ruta dentro de la provincia. Los horarios reservados a mayores son sólo para los ámbitos urbanos.


     Y así elijo una ruta corta, que saliendo del pueblo lenense de Carabanzo lleva al Pico Ranero (1086 m); es un recorrido todo por pistas, quiero minimizar riesgos porque ya tengo una cierta edad, no salgo de montaña desde el 22 de febrero y esta vez voy sólo, por la tarde después de salir del trabajo y con un día de mucho calor para lo que estamos acostumbrados en Asturias.


     Desde la iglesia de Carabanzo, un poco más arriba del palacio de los Faes de Miranda, comienza la subida entre las casas de la parte alta del pueblo.


Carabanzo


     La subida va por la ladera que mira al Oeste, y se va viendo la vertiente de la sierra del Aramo que da para Riosa y Lena.


      Un primer cruce, junto al depósito de agua del pueblo, y sigo la señalización del PR-100.1 Vía Carisa.


     Por suerte esta primera parte de la ruta va en sombra, porque ya al llegar al pueblo el termómetro marcaba 26ºC y parece que sigue subiendo la temperatura aunque apenas son las 14:30.



     Un poco antes de la señal hay un hundimiento del terreno de esos que impresionan; tal parece un gran deslizamiento de tierras que se va a llevar por delante una parte grande de la ladera con árboles y todo.


Ladera del pico Sopena


     Una confluencia de caminos: uno sube de Boo de Aller, otro es el que traigo desde Carabanzo y los dos continúan en dirección a León, por la traza de la Vía Carisa romana.

Sierra del Aramo hacia el Noroeste, acabando en La Mostayal



     El camino se asoma ahora a la vertiente del valle de Aller, que poco a poco a medida que voy subiendo se mostrará más; desde aquí ya se ven sus montes desde Peña Mea al Torres, allá por el puerto de San Isidro.

Peña Mea, El Cuchu, La Forcada, el Retriñón ...


     Por la pista de la derecha, siempre subiendo, varios zig zag hacen ganar altura sobre prados y cabañas de la vertiente del pueblo de Boo de Aller.


     Por aquí, en las revueltas de la pista y sin sombra alguna, el calor del día y el esfuerzo de la subida van haciendo mella y las pulsaciones se disparan; se nota la falta de entrenamiento de estas semanas de confinamiento. 


    Vistas al valle de Aller, a las curvas trazadas por el río, a las poblaciones de este hasta hace poco valle minero y a las montañas que lo cierran.

Un grupo de cabras en las peñas de la cresta venteándose


     Y en este mirador panorámico al valle me detengo unos minutos, recordando los montes del entorno y todos los recorridos que ya llevamos hechos por estos altos.



     Poco más adelante se deja ya la pista que continúa en dirección a la Majada Espines y la sierra de Carracedo para subir al Ranero coronado por una antena de grandes dimensiones.


     La entrada al Prau La Vieya, que tiene la portilla abierta, cosa que me extraña porque hay vacas paciendo dentro; lo atravieso para salir por la portilla de arriba,justo bajo las peñas del pico Ranero que ya está ahí.

Preciosa la vista de la collada que se asoma de nuevo a Lena


     Y después de rodear la cumbre hasta la antena subo al alto, donde hay este vértice geodésico ...


... busco el buzón de cumbres, donde encuentro esta nota sin dirección a donde devolverla ...


    ... y dejo allí mi tarjeta de cumbres, en un veterano buzón que en su día hizo Paco Gómez Mármol, fundador de ese modesto pero ya longevo grupo de montaña MIES de Oviedo.


     Y cómo no, una cumbre modesta pero con unas vista al entorno magníficas: el valle de Aller y las montañas de Peña Mea al Torres ...


... la sierra de Carrocéo, que si se sigue nos lleva a la Cordillera, por un trazado bimilenario de la época en la que a los romanos les costó años doblegar a los astures hasta que Publio Carisio lo consiguió, después de 10 años de guerras con cántabros y astures, del año 29 al 19 a.C. y cuyo nombre da lugar a la Vía Carisa que recorre estos altos. 


     Si miramos al Suroeste damos vista a toda Ubiña, desde su extremo más oriental por La Tesa y La Mesa, al núcleo central de Ubiña y Fontanes y al extremo Norte, con Peña Rueda y la zona de los Huertos del Diablo.


     Un poco más de detalle, con las gemelas Tapinón y Siegalavá; en el centro Ubiña y Fontanes y a la derecha Peña Rueda. 


Abajo Pola de Lena y sobre ella el Aramo, con la cúpula del Gamoniteiro en medio.


     La fea, aunque necesaria y útil antena, no nos impide disfrutar de la vista hacia La Gamonal, crestas de Los Altares y la Mostayal; además en el extremo vemos el Monsacro con las paredes que caen hacia Riosa.


     Y hacia el Norte el valle del río Caudal, con la poblaciones de Ujo, Figaredo y Mieres al fondo.


     Completando el giro los montes de Mieres con el pico Polio; delante la sierra del Cordal de Longalendo y a lo lejos el perfil de la sierra de Peña Mayor.

De nuevo por la bucólica collada del Prau la Vieya


Vistas al concejo de Aller
     Con la tranquilidad de haber cumplido el objetivo de la cima de hoy regreso por el mismo camino, a buen paso pero disfrutando igualmente de las vistas en la bajada. 


Praderías y cabañas de Boo

De nuevo vista a la vertiente del Aramo


Digital purpúrea


     Y por fin bajo la sombra refrescante de los árboles me voy acercando a Carabanzo, en un recorrido exprés que me sirvió para gozar de una cumbre a la que había subido hace ya muchos años y de gratos recuerdos.


     Y con el mapa de la situación entre los valles de Aller y Lena del recorrido de hoy acaba la ruta, y como siempre
¡ un saludo, amigos!