Aparcamiento de Buferrera, en los Lagos de Covadonga |
Después de un tiempo largo de inactividad, por el tiempo invernal y sobre todo por el tiempo de pandemia que nos toca vivir, incluyendo el cierre perimetral de nuestros municipios y de la región, nos decidimos a hacer una salida corta de montaña.
Desde Buferrera subimos por el camino que cada año recorren miles de turistas al lago Enol; ese es precisamente uno de los motivos por los que no subimos aquí en años, la masificación. Hoy hay muy poca gente por aquí, sólo residentes en Asturias por el confinamiento. Y esos pocos además sin miedo al viento y la lluvia que en estos momentos nos azotan.
Coronamos la loma de La Picota y hacia atrás vemos el Enol, con la Porra de Enol y el collado Les Veleres por donde baja la carretera.
Al fondo vemos el Sueve, con los valles de Arriondas tapados por la niebla, y más cercana la sierra del Cuera, desdibujada por la lluvia que cae ahora mismo.
Y damos vista al lago Ercina desde arriba; desde aquí bajamos para seguir por la margen derecha caminando a la vera del lago.
Por suerte el viento ya no es tan fuerte y la lluvia va menguando, dándonos un respiro; guardamos los paraguas y continuamos caminando.
Lo cierto es que por este lado del lago pocas veces habíamos caminado; por la otra orilla seguimos muchas veces el camino de Ario, o cruzamos la loma para bajar a Belbín para ir o volver de la zona del Cantón de Texéu o del Jascal y del Cabezo Llerosos.
De una punta a otra, el lago Ercina |
En el extremo del lago, un sumidero recoge el agua desbordada del lago; por la canal sube el camino a la majada del Bricial y bajo la roca vemos una de las cabañas de Las Reblagas, protegida por los paredones calizos.
Cabaña en Las Reblagas; también hay una fuente. |
Una pata trasera, la pelvis y la columna de un rebeco. |
Vista atrás al lago Ercina |
Y enseguida empezamos a ver la laguna del Bricial, que se forma con lluvias fuertes o con las nevadas y el deshielo; este año en enero hubo la oportunidad de verla nevada y congelada a la vez.
Los narcisos de montaña, que salen en cuanto se va la nieve |
Las cabañas de la majada del Bricial.
En cuanto se pasa un poco más allá de las cabañas ya se puede empezar a ver la dimensión de la vega que ocupa la laguna del Bricial; cuando se forma con lluvias fuertes o deshielo hay una cascada grande que llaman La Meona.
Otro de los atractivos de la zona es el bosque Palomberu, de hayas que aisladas o cubriendo en grupo la ladera rocosa crecen en la sombría ladera Norte.
Al pie de esta haya, arraigada en el lapiaz calizo, surge un manantial |
Tallado en la llambria caliza, un paso para evitar pisar en la llamarga encharcada. Vamos por la Cuenye la Jelguera, (cuenye o cueña: Pasu [malu, sobre peña que tien un camín]).
Los grandes ejemplares de haya encuentran defensa en la roca, donde arraigan por sus grietas y crecen entre piedra y musgo.
Y así vamos completando el recorrido en torno a los lagos; damos vista a la Vega de Enol, con el Refugio de Enol o antigua Casa de Pastores y la capilla de Santiago.
Más cabañas en la vega de Enol y la pista que lleva a Pan de Carmen, punto de salida para Vegarredonda y las montañas del Cornión. |
Momento para el descanso y la comida en un banco a la puerta de una cabaña.
Capilla de Santiago; para los actos religiosos en la Fiesta del Pastor el 25 de julio |
Sólo nos queda, después de un rato de descanso, continuar por la vega para dar la vuelta al lago Enol y completar el recorrido circular de hoy.
Unas fochas comunes de pico blanco por el lago.
Cabañas de Los Acebos, al lado mismo del lago. |
Continuamos dando la vuelta al lago, capturando en la retina los cambiantes paisajes según enfoquemos hacia uno u otro lado.
Cabañas de Sohornín, al sol del mediodía |
Lago Enol y Vega de Enol
Y ya en el regreso del recorrido de hoy, la clásica imagen de la Basílica de Covadonga. Espero que os haya gustado el recorrido y como siempre
¡ un saludo, amigos!