miércoles, 24 de julio de 2019

Urriellu (circular Pandébano-Urriellu-Bulnes)


     Esta fue una salida de montaña distinta; para empezar, con la compañía de mi hija Carmen, además de mis compañeros más habituales, Isidro y Rafa, y también David. El objetivo era ir a vivaquear al Jou de Cerredo y subir, unos al Torrecerredo y otros a otros picos del jou, como la Torre Coello, Torre del Oso y Pico Boada. Al final cambiamos los planes porque al llegar a Urriellu estábamos agotados del calor y del peso extra que ya no estamos acostumbrados a portear para pasar la noche al raso. Empiezo con un vídeo de la ruta y a continuación las fotos de los dos días.


     Subimos a Pandébano en un día de calor y humedad después de las tormentas de los días anteriores. Disfrutamos de la vista del Urriellu, del Neverón y de las Torres Areneras y Los Albos.

Majada de La Terenosa; una nube nos marca la Collada Arenera entre el Neverón y los Cuetos del Albo

Una innovación en el Refugio de La Terenosa para acoger a tantos como pasan por aquí


     Al fondo del valle vemos tejados de Bulnes, y detrás del Murallón de Amuesa los picos del Occidental, la zona del Cabezu Llerosos y el Jascal.


     Collado Vallejo, una ventana clásica al Urriellu. Aquí ya hicimos una parada para recuperar algo las fuerzas (hablo de mí y de algún coetáneo, no de los jóvenes).


     Por delante la senda que baja ligeramente y luego va ganando altura, hasta llegar a la zona de los bloques de piedra y las zetas, donde se vuelve a empinar.



     Y ya algo agotado por el calor, pero con la ayuda y ánimo de Carmen y David, logramos poco a poco superar el agotamiento y el calor, teniendo ya tan cerca el Urriellu.



     Sentados ya a la puerta del refugio de Urriellu disfrutamos de un descanso prolongado, del paisaje y de las hábiles chovas que se acercan a recuperar cualquier porción de alimento que puedan ver a su alcance.



Y aquí, ante el tótem de Asturias, posamos dos de los miembros del equipo Gómez-Lobo.


     Y el grupo decide que lo más razonable es quedarse a vivaquear en Urriellu, ya que nos quedaba todavía la mitad del recorrido previsto inicialmente hasta el jou de Cerredo y las fuerzas de alguno estaban más justas. Supimos también que ya había gente en esa dirección con la misma intención de vivaquear en la cima del Torrecerredo, que era la idea de Isidro.


     Al atardecer comienzan a bajar los rebecos a la zona de la vega, para deleite de la gente de fuera que pernocta en el refugio, no acostumbrados a verlos tan cerca.





     Y cuando la sombra del Neverón se proyecta en la pared del picu, nos retiramos a nuestra zona de vivac para cenar e ir metiéndonos en el saco de dormir. Llegará un numeroso grupo de chicos y jóvenes con monitores, unos 90, que alterarán la paz y el descanso en la vega. Esperamos que no se vean metidos en problemas como los que ha habido en abundancia los últimos días por Picos de Europa y otras áreas de montaña; consideramos una irresponsabilidad internarse en la alta montaña a veces sin el conocimiento necesario ni los recursos propios para salir de situaciones de peligro por un cambio de tiempo, niebla o una tormenta de verano.


     De momento intentaremos dormir, después de ver el punto luminoso de la Estación Espacial Internacional pasar por el cielo estrellado, a la hora exacta a la que Isidro estaba controlando que su órbita coincidiría sobre nosotros.


     Ya de noche total en el Urriellu, mientras la paz vuelve poco a poco a la vega cuando los jóvenes se van callando.


     La foto de David, que estaba esperando para ver la constelación de Sagitario, que está en el centro de la Vía Láctea.


     Y ya por la mañana, a eso de las 6:00, la luna menguante se deja ver sobre el Urriellu; hemos pasado una buena noche, durmiendo quizá poco, pero no hizo mucho frío, sólo soplaba el viento pero al resguardo de las piedras del vivac apenas se notó. 


      Y a eso de las 8:30, después de que la bandada juvenil se retirase por Pandébano para seguir hacia Áliva, tras desayunar y despedirnos de Tomás y Sergio los guardas de Urriellu y de las mujeres de la Rioja con las que compartimos charla y tertulia, comenzamos a bajar hacia Bulnes.


     Y enfocamos la marcha hacia el jou Lluengo, para ir poco a poco descendiendo a Bulnes; desde allí bajaremos a Poncebos y los jóvenes, Carmen y David, harán el recorrido extra de subir de Bulnes a Pandébano a recoger los vehículos.



     Aunque el recorrido está señalizado como PR-PNPE-19 canal de Camburero, la zona es agreste y caótica, por lo que hay que estar bien atento a las señales del Parque si no se conoce el recorrido. Y siempre al menos mapa y hoy en día GPS, básico en lugares como Picos de Europa.




     Los pedreros del jou Lluengo son más fáciles de bajar que de subir, pero son igualmente cansados y resbaladizos, y agotan también con el sol que ya está apretando desde primera hora.



Asomándonos ya a la majada y canal de Camburero


     La recompensa de mirar de vez en cuando atrás es disfrutar de la vista del Urriellu del que nos vamos alejando paulatinamente.

Clavelinas


     Sobre la majada de Camburero, donde una antigua cabaña fue el primer refugio para las históricas ascensiones al Urriellu. Hasta 1953 no se construye el refugio de la Vega de Urriellu, que se amplió en 1979 y que en 1990 se amplía a su estado actual.



     Y abocamos el descenso por la pindia canal de Camburero, esperando localizar lo que recordaba como fuente y que no logré ver salvo en forma de arroyo casi al final de la canal.



     Cercano a un punto donde surge el agua de Camburero nos encontramos con los huesos de un rebeco o de una cabra, o sea que ojo a dónde se bebe en estos hilillos de agua de picos.





     Al acabar Camburero y antes de Balcosín está éste paso de trepada protegido por un cable por si la roca está húmeda; en mi recuerdo de hace años lo situaba mucho más abajo, al final de Balcosín.


Recorriendo Balcosín, ahora en sombra, lo cual se agradece

Orquídeas

Antiguo chozo


Esta misma curiosa flor la vimos en el Hayedo de Llamazares (León) la semana pasada


     Y llegamos ya al final de Balcosín, al estrechamiento que comparte el arroyo y el camino, para asomarnos enseguida a ver los tejados de Bulnes entre los árboles.





     Paramos en Bulnes para refrescarnos y beber algo a la sombra. Desde aquí Carmen y David continúan subiendo de Bulnes a Pandébano a recoger los coches mientras Isidro, Rafa y yo bajamos a Poncebos con sus mochilas para aligerarles peso ya que hacen ese sobreesfuerzo.


     Dejamos Bulnes con sus callejas ocupadas por turistas de visita y empezamos a bajar por el camino ... y cuando pasamos por delante de la entrada del funicular la tentación es muy grande: una hora más de camino o un descenso a Bulnes rápido -y caro-.


     El funicular nos deja en Poncebos donde nos esperamos, para cuando llegan los jóvenes, subir a comer a Camarmeña.



     Y desde Camarmeña, con la vista de la canal del Tejo a Bulnes y el Urriellu al fondo despedimos esta actividad de hoy, sin cumbre, pero con un recorrido de los clásicos de Picos que nos ha gustado recordar a los mayores y conocer a los jóvenes.
     Espero que os haya gustado y como siempre
¡ un saludo, amigos !