miércoles, 13 de agosto de 2014

El Fontañán (1633 m) León


     Desde Pola de Gordón, donde estamos unos días de descanso en el camping, subimos hoy al Fontañán, cumbre que guarda el acceso de la llanura de León a los valles y picos de la Cordillera. Seguimos el camino señalizado como Sendero Local, aunque como montañeros habríamos hecho otro trazado para la ascensión.


     El camino nos lleva hacia un alto, bordeando las escombreras de material extraído de la excavación de los túneles de la variante de Pajares y pasando por zonas de algunos robles que luego se convertirá en bosque.


La Peña La Muezca sobre el pueblo de Los Barrios de Gordón


Una mariposa quiere pasar desapercibida en la hojarasca


     Ahora el camino desciende por el robledal, donde vemos un corzo nada huidizo, sólo tomando sus precauciones, porque se para a mirar dónde estamos; lástima que llego tarde a sacar la cámara.


     Entroncamos aquí con la pista que sube por el valle, que era el lógico camino de subida desde Pola de Gordón. Lo seguimos hasta que se convierte en camino.




     El camino está bien señalizado, y en septiembre se celebrará una carrera de montaña de subida al Fontañán, por lo que será recomendable que lo desbrocen un poco; sino ¡se comerá la maleza a los corredores!.

Plantas de fresas silvestres

Una fuente en el camino; más arriba hay otra un poco escondida


     Y seguimos por el bosque de robles, disfrutando de la sombra y atentos a los ruidos a ver si volvemos a ver algún otro corzo..



     Y llegamos a la zona de contraste: a nuestra derecha el robledal, en terrenos de solana y cuarcitas, y a nuestra izquierda comienza la mancha forestal de hayas, más de sustrato calizo y ladera umbría mirando al Norte.


     Y en una pequeña campera, en medio de una zona llena de orégano silvestre, un montón de pequeñas mariposas. Adivinanza: ¿cuantas salen en la foto?.


     Preciosas, ¿verdad?.Aquí hay 2, pero en la foto de arriba hay 6, sólo que dos están con las alas plegadas y casi no se ven.


     Mirando atrás vemos la altura que vamos ganando poco a poco, con la referencia del Cueto San Mateo sobre el valle donde está el camping Bosque de Gordón.


     Tras el claro de la campera, el camino se orienta en dirección este, ladeando y atravesando el hayedo ( o faedo, como los llaman por aquí, como el conocido Faedo de Ciñera , muy recomendable para caminar con niños)


     Avanzado ya el verano seguimos viendo al borde del camino muchas setas, ya secas, pero de las que en primavera y otoño habrá en abundancia.



     Intentamos localizar los pájaros que vuelan por el bosque, como esta especie de trepador, muy rápido para poder enfocarlo con nuestra sencilla cámara.


     Un poco más alto, en un pequeño claro, vemos abajo el valle donde se asienta Pola de Gordón, con la zona de piscinas y camping a la derecha y las explanadas de la obra de los túneles del tren.


     Y cambiamos de ladera de nuevo, el segundo valle que tomamos; esta es la clásica vista donde la ruta se muestra con todo lo que falta aún por subir, lo cual desmoraliza a veces y motiva otras. Paramos a reponer fuerzas y calculamos cuánto tardaremos en subir el resto del tramo: "una hora a la cumbre más o menos". Luego será menos de eso. Queda el tramo de bosque y la ladera empinada del final.


     Menos mal que los arándanos silvestres nos ayudarán a refrescarnos con su potente sabor, y sus vitaminas nos "desoxidarán" para ayudarnos a subir.

Y si hiciese falta, una infusión de "té de monte"


     Por el tramo de bosque no hacemos fotos; bastante tenemos con subir el fuerte desnivel del camino hasta que llegamos a este precioso ejemplar de haya, el que más arriba está, bien afincado con esas poderosas raíces que parecen los dedos de los pies de un gigante.

 
     Ahora, por una pendiente bien "pindia", de finas láminas de caliza que parecen pequeñas lajas de pizarras, continuamos hasta la cumbre.


 
     Un último tramo de subida donde azota algo más el viento y aprieta el sol y ...


... ¡cumbre del Fontañán!


     Para cubrir la tradicional tarjeta de cumbres tenemos la ayuda de estas pequeñas amigas ...


     Otra cruz se colocó como homenaje a una persona fallecida en un accidente aquí hace un par de años.


     Impresionante vista en todas direcciones: al Norte destacan las Tres Marías, en el valle de Casares ...


     Aquí abajo el valle de Pola de Gordón y un poco hacia el Noreste el pico del Fontún.


     La mole caliza del Correcillas - o Polvoredo - y ya más lejos las siluetas de los montes de Riaño.


     Aquí abajo tenemos la población de La Robla, con central térmica, industria y canteras.

La Robla y las instalaciones de la industria cementera Tudela-Veguín. 


     Con atmósfera despejada sabemos que se llega a ver las torres de la catedral de León, pero hoy no se distinguen.


     De León capital y de los pueblos de su alrededor se ven las edificaciones difuminadas por esta calima veraniega.


     Lo característico de este pico Fontañán es que en el periodo de la guerra civil de 1936, los republicanos construyeron en su cumbre un sistema defensivo de trincheras, nidos de ametralladoras y antiaéreos para defender la carretera y la vía del tren e impedir el avance de las tropas nacionales hacia Asturias.













En la misma cumbre un pequeño túnel da paso de una a otra vertiente

Troneras de la trinchera de apoyo al nido de ametralladoras



Nido de ametralladoras camuflado en la cumbre y túnel de acceso excavado




     Volviendo al presente, estas flores de cactus de montaña nos llaman la atención por su esbeltez.


     Y después de más de una hora en la cumbre, disfrutando del descanso al sol y protegidos del aire, nos toca bajar al valle; vemos frente a nosotros los dos núcleos del pueblo de Los Barrios de Gordón y los picos La Muezca y El Altico. 


     Disfrutamos viendo la evolución en el aire de unos cernícalos y oyendo sus potentes chillidos.


     Y de nuevo la bajada hasta el haya a más altura que nos sirve de referencia para retomar el camino de bajada.


     En el frescor del faedo nos introducimos de nuevo para bajar a su sombra relajadamente, disfrutándo del camino de vuelta.

Los fayucos, futuros frutos, se están formando


Momentos en la bajada para el disfrute de las pequeñas bellezas como ésta ...


... y esta otra belleza de tonalidades grises.


     Y con este "jito" que marca también el recorrido nos introducimos en el segundo de los bosquetes de hayas; más abajo nos espera el robledal y el regreso al pueblo para tomar un reconstituyente café y guardar en la retina las cosas guapas de las que disfrutamos hoy. Espero que os haya gustado y
¡ un saludo, amigos !

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