miércoles, 15 de julio de 2020

Peña Ubiña (2417 m) por el Meicín


      Aprovechando días de descanso en sus respectivos trabajos, Carmen y Olaya Gómez Lobo van a Tuiza de Arriba para subir a Peña Ubiña con su perrita Gala; va también su amiga Marta que lleva a su perrita Xiba (¿o es Shiva?).


     Una vez que se pasa la portilla se tiene de frente cada vez más cercana la vista de la Ubiña Grande.


     Varios bloques grandes de piedra en el camino les recuerdan a Carmen y Olaya que ya pasaron por aquí muchas veces, incluyendo alguna algo más lejana en el tiempo ...

Octubre de 1996

Por la vega del Meicín, braña Lluenga.




     Tras la subida al alto de Terreros, bordean Peña Ubiña para antes del collado del Ronzón coger la senda hacia la arista Sur de la Peña.


Gala tira con ganas; le gusta correr



     Ya por el sendero trazado se inicia el ascenso; detrás queda el Alto de Terreros y la Peña Cerreos.


     Y un poco más al Sur las praderías de los puertos de Riotuerto y la Ubiña Pequeña.



    Las dos perritas necesitan una pequeña ayuda para superar las partes más verticales que precisan echar las manos para apoyo, y de nuevo al bajar habrá que ayudarlas.


     Cuando se llega a la crestería la vista se abre a Babia y Somiedo, y solo queda seguir por ella hasta el mojón geodésico de la cumbre.

Carmen y Marta en la cima de Ubiña

Carmen, Olaya y Marta


     Y la pequeña historia familiar es que en octubre de 1996 habíamos subido hasta el Meicín de excursión; Carmen y Olaya tenían entonces 3 añitos y como en el refugio el guarda de aquella tenía gatos, para los Gómez-Lobo el Meicín pasó a ser el refugio de los gatinos.

Olaya y Carmen

Olaya


     Y en octubre de 1999 volvimos al Meicín, esta vez a pasar allí la noche, con Marina Gómez Lobo, la hermana mayor de Carmen y Olaya, que ya llevaron una mochilita acorde a su estatura y peso. Dentro de sus mochilas, por supuesto, un peluche para dormir.


     Marina porteó su saco de dormir, su ropa y su cantimplora; Aurora lo suyo y algo más. Y el porteador del grupo, podéis observar la mochila de armadura clásica de la época el tamaño que tenía.

Marina con Carmen y Olaya


     Y para tod@s la novedad de dormir en un refugio de montaña, en el antiguo refugio del Meicín, fue una experiencia única, de las que dejan huella y crean afición por la naturaleza y la montaña.


     Y volviendo al presente 2020, aunque todas cansaron con la subida, a la que más afectó fue a Gala, la perrita labrador chocolate de Olaya. "¿Que hacéis llevándome a la cima de Ubiña, si a mí lo que me gusta es el agua?". Y allí mismo, en el primer pozo antes del Meicín se metió como si fuese un spa a relajar y refrescarse.



     Y con la cara de cansancio de Gala, que se recuperó pronto, acaba esta nueva ruta con Carmen y Olaya como protagonistas hoy en el blog de los Gómez-Lobo.
¡Un saludo, amigos!

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