sábado, 20 de junio de 2020

Porra de Valdepino (1745 m) Amieva


     Desde la collada de Angón, en Amieva, inicio desde Asturias de la conocida Senda del Arcediano, empezamos la ruta de hoy, subiendo por la Senda en dirección a la majada de Sabugo.



     Con los compañeros, Isidro y Rafa, a la sombra de los avellanos que cierran los lindes del camino.



     El arbolado de la zona es el bosque de hayas, con ejemplares añosos y retorcidos desde la raiz y otras veces levantándose bien derechos al cielo en busca de luz.


     A contraluz vamos atisbando e intentando reconocer por sus perfiles las montañas del Cornión que dan a este valle de Angón donde corre por su fondo el río Dobra.


El mirador de Ordiales está por estos riscos, aunque no lo situamos exactamente.



     La senda empedrada sube haciendo algunos zig zag cortos para ganar la altura necesaria y librar el desnivel.



     El agua no nos va a escasear, por las fuentes al borde del camino e incluso algún manantial que surge de la roca.


     Ya vamos viendo algunos perfiles conocidos de las cumbres, aunque aún está dudoso darles nombre sin equivocarse. 


     A la salida a un canto sin árboles, donde la senda pasa a ser más llana, asoma ya el Canto Cabronero a la derecha, y al fondo el fondo del valle donde se asienta la majada de Carombo, ya entre Asturias y León.


     Aquí sobre nosotros los paredones del Cotalba, el Requexón que visto desde aquí es más una torre; al fondo la Torre de Enol, la Horcada de Sta. María y las Torres de la Horcada y Enmedio, que ascendimos el verano pasado.


Otra de las fuentes del camino


     Ya vemos, bajo las laderas del Canto Cabronero, la pradería de la majada de Sabugo, a donde nos dirigimos.


     Y a la otra mano aparece ya la Porra de Valdepino, donde nos queremos acercar hoy.



Majada de Sabugo





     Después de un rato de descanso comenzamos a subir desde Sabugo hacia El Cantu y la majada de Gustalcuendi. 


Queda abajo Sabugo y enfrente el Canto Cabronero



     La panorámica se abre más hacia las cumbres del Cornión: ahora se añaden los picos de Las Marías, El Torco y la misma Peña Santa de Castilla.


     Cometimos el error de ir saliendonos del bosque de hayas y en vez de subir más arrimados a la peña por el bosque nos fuimos desviando y acabamos metiéndonos en matorral de helechos y árgoma


Gustalcuendi y el sumidero de las aguas

Ruinas de las cabañas de Gustalcuendi


     Desde Gustalcuendi ya las vistas del Cornión son espectaculares, abarcando desde el Cotalba a la izquierda a la Cabra Blanca y Los Estribos a la derecha. 


     Parece que la niebla quiere entrar en el juego de la montaña; esperemos que nos deje seguir con la ascensión.


     Toca ahora subir por empinada pradería hacia el collau Los Aceos, girando ahí arriba para bordear la peña.


     El terreno alterna verde y roca; seguimos un tenue sendero y algunos jitos de piedra con fuerte pendiente.





     Las fuerzas ya están algo justas; menos mal que los compañeros apoyan y están ahí, unos pendientes de los otros.


Me llama la atención los brotes de avellano por estas alturas.


     Últimas rampas ya para llegar a la cima; voy con la referencia de 1600 m, 1650 m, 1700 m así avanzando poco a poco hacia la cumbre.


     Y ya en la cima, con el Cornión delante de nosotros y tantas queridas cumbres, incluyendo a la reina de Picos, Peña Santa de Castilla.


El Canto Cabronero y Peña Beza.


Abajo en la vertical la majada de Toneyo, conocida también por su sistema de simas.

Cansado y satisfecho a la vez


Foto de cumbre: Isidro, Javier y Rafa.


     Las nubes comienzan a entrar y aquí nos tapan algo la vista de los Mampodres; por delante Peña Ten y al lado Pileñes.


     Las nubes taparon ya el Maciédome y sólo nos queda sobresaliendo del mar de nubes el Tiatordos, por donde andan hoy familiares y amigos de Isidro. El resto del concejo de Ponga bajo las nubes.

Habitante de la misma cumbre


Panorámica del Cornión del Requexón a Peña Santa y sus aledaños.

Canto Cabronero


     Nos pasamos un buen rato disfrutando de la cumbre; comemos, reponemos fuerzas y vemos cómo las nubes van subiendo más y más.



     Y a la hora de bajar ya nos toca hacerlo en la niebla; en un par de horas cambiaron las condiciones de visibilidad totalmente.



Un abrigo si no fuera por las ortigas

Gamones

Una sima que a la subida bordeamos más al Oeste

De nuevo en Gustalcuendi entre la niebla




     Seguramente estas novillas nos confundieron con sus pastores y se acercaron a que les diésemos sal o algo así.

Isidro tiene mano para pastor de montaña


     Bajamos ahora de Gustalcuendi a Sabugo, esta vez por medio del bosque, con más pendiente pero mejor camino.



La niebla cubre las copas de las hayas y crea un ambiente de misterio en el bosque.


     De nuevo en Sabugo; buscamos la fuente para reponer agua en las cantimploras.




     Y de regreso ya por la Senda del Arcediano que ahora se nos hará más larga en este tramo llano que a la subida.


     Nos asomamos para ver desde lo alto el Canto Bellanzo sobre la presa de La Jocica, que toma el agua del Dobra para la central eléctrica de Angón y de ella para la central de Camporriondi.

Cabaña de la parte alta de Cueries, sobre Ceremal y el Dobra


     Y ya el resto del camino es ir dejando que las cansadas piernas nos lleven cuidando de no resbalar en el empedrado de la Senda, hasta llegar al punto de partida en la collada de Angón.


     Y con el recorrido de hoy a vista de pájaro nos despedimos hasta la próxima; espero que os haya gustado y como siempre
¡ un saludo, amigos !



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